Principios del Trabajo Saludable
Un ambiente de trabajo saludable debe estar libre de riesgos físicos, incluidos riesgos de seguridad, exposición a productos químicos tóxicos, contaminación del aire, ruido, radiación, enfermedades infecciosas, temperaturas extremas de calor y frío, así como riesgos ergonómicos, como levantar objetos pesados, estar de pie durante períodos prolongados y trabajar con computadoras sin equipo ajustable.
Todas las organizaciones tienen una “cultura” que refleja los valores y prácticas establecidos por sus líderes. El “clima” de un lugar de trabajo refleja la forma en que los gerentes y los trabajadores interactúan entre sí, las políticas y prácticas de una organización, y el respeto y la justicia con que se trata a los trabajadores.
La forma en que se organiza el trabajo, la organización del trabajo, puede incluir todo, desde el tipo de acuerdo de empleo (tiempo completo/parcial, empleado o contratista/trabajador temporal), decisiones o prácticas de dotación de personal (por ejemplo, producción eficiente), prácticas de reducción de personal y reestructuración, horas de trabajo, turnos y horarios (por ejemplo, de guardia, horario irregular). Los factores de estrés psicosocial en el trabajo son una consecuencia de una mala organización del trabajo. A continuación, se indican algunas formas de hacer que la organización del trabajo sea más saludable:
Las recompensas son los beneficios económicos y de otro tipo (seguro médico, jubilación, ascensos y antigüedad o estatus) que se esperan obtener de cualquier tipo de trabajo. Cuando las recompensas no se corresponden con el esfuerzo o la responsabilidad que exige un trabajo, se produce un importante factor de estrés (es decir, un “desequilibrio entre esfuerzo y recompensa”). Además, un salario justo y digno, el acceso a tiempo libre remunerado para recuperarse de una enfermedad o cuidar de la familia y un seguro médico adecuado son necesarios para la salud general de los trabajadores y para reducir el riesgo de enfermedad y muerte prematura.
Un ambiente de trabajo saludable debe estar libre de riesgos físicos, incluidos riesgos de seguridad, exposición a productos químicos tóxicos, contaminación del aire, ruido, radiación, enfermedades infecciosas, temperaturas extremas de calor y frío, así como riesgos ergonómicos, como levantar objetos pesados, estar de pie durante períodos prolongados y trabajar con computadoras sin equipo ajustable.
Todas las organizaciones tienen una “cultura” que refleja los valores y prácticas establecidos por sus líderes. El “clima” de un lugar de trabajo refleja la forma en que los gerentes y los trabajadores interactúan entre sí, las políticas y prácticas de una organización, y el respeto y la justicia con que se trata a los trabajadores.
La forma en que se organiza el trabajo, la organización del trabajo, puede incluir todo, desde el tipo de acuerdo de empleo (tiempo completo/parcial, empleado o contratista/trabajador temporal), decisiones o prácticas de dotación de personal (por ejemplo, producción eficiente), prácticas de reducción de personal y reestructuración, horas de trabajo, turnos y horarios (por ejemplo, de guardia, horario irregular). Los factores de estrés psicosocial en el trabajo son una consecuencia de una mala organización del trabajo. A continuación, se indican algunas formas de hacer que la organización del trabajo sea más saludable:
Las recompensas son los beneficios económicos y de otro tipo (seguro médico, jubilación, ascensos y antigüedad o estatus) que se esperan obtener de cualquier tipo de trabajo. Cuando las recompensas no se corresponden con el esfuerzo o la responsabilidad que exige un trabajo, se produce un importante factor de estrés (es decir, un “desequilibrio entre esfuerzo y recompensa”). Además, un salario justo y digno, el acceso a tiempo libre remunerado para recuperarse de una enfermedad o cuidar de la familia y un seguro médico adecuado son necesarios para la salud general de los trabajadores y para reducir el riesgo de enfermedad y muerte prematura.